jueves, 5 de marzo de 2009

SOLTAR LA MANO

Tu corazón impulsaba mi sangre.
Tu ojo... dentro mío
hacía que las miradas fueran una sola.

Iban y venían tus manos
dejando un sendero de amor
iban y venían
por el mismo sendero que la distancia usó
para invadir nuestra tierra.

Atacada tú
colonizaron tu dulzura y me hirieron
deportaron mi sangre, lejos
muy lejos
fuera del alcance de tu corazón.

Y ahora no amanece.
Al costado de mi cama yace el sol
gris, frío... ni siquiera es un día.

En el cuarto
ni tuya ni mía son las sombras.

¡Hay espadas! ¡Hay escudos!

De tus caricias ¡Armaduras de cristal!

Y en el sendero
las manos del amor, tuyas y sin vida
manos...
que debo soltar.

ChicoMalo
18-11-2008

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